Artículo - Laura Knight-Jadczyk

 
 

Tiro al Pavo Cósmico


©Julian Baum

   
 
 
 
 
 
 
 

CATÁSTROFES CÍCLICAS Artículos:

Treinta Años de Cultos y Cometas
Guerras, Pestes y Brujas
Tiro al Pavo Cósmico

El Peligro de las Bolas de Fuego y los Cometas para la Civilización

Majesterium y el punto de no retorno
Olvidense del Calentamiento Global - Estamos a un paso de la extincion
Abejas: Ser o No Ser
Campaña Despertar el Mundo
La Esperanza
Lluvia de Cometas, ¿Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis?

Estrellas Binarias: ¿Nuestro Sol tiene un Compañero Oscuro?

¿Un Meteoro Terminó con la Era del Bronce?

 
 
 
 
 
 
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"Los desastres suponen ciclos en el ciclo de la experiencia humana [...] El ciclo humano refleja al ciclo de catástrofes. La Tierra se beneficia con una limpieza periódica. Es hora de prestar atención a los Signos. Se están incrementando. Se pueden incluso "sentir," si prestan atención."

 


"La vida es religión. Las experiencias de la vida reflejan cómo uno interactúa con Dios. Aquellos que están dormidos son aquellos de poca Fe en términos de su interacción con la creación. Algunas personas creen que el mundo existe para que ellos lo superen, lo ignoren o lo acallen. Para estos individuos, los mundos dejarán de existir. Se volverán exactamente aquello que le han dado a la vida. Serán simplemente un sueño en el "pasado." Las personas que prestan una rigurosa atención a la realidad objetiva, mirando hacia todas partes, pasarán a ser la realidad del "Futuro."

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  Hoy vamos a ver el Resumen de Conclusiones sobre Bolas de Fuego y Meteoritos que Víctor Clube adjuntó a su carta enviada al Jefe Coordinador de Física y Defensa Balística de la Oficina de Desarrollo e Investigación Aeroespacial Europea en 1996, 5 años antes del 9 de septiembre de 2001; esto, y algunas otras cosas.

Comúnmente me acusan de “dedicarme a inducir miedo” porque continúo trayendo este tema una y otra vez. Aún pienso que es fascinante que el gran avance de mi experimento de comunicación superluminar sucediera el día en que los fragmentos del cometa Shoemaker-Levy comenzaron a golpear Júpiter – incluso en el preciso momento del primer impacto – y que esta comunicación “conmigo misma en el futuro” ha concentrado tanta atención sobre el tema de grupos de cometas y fragmentos de cometas que repetidamente atraviesan el sistema solar haciendo estragos y trayendo muerte y destrucción a la Tierra. Como resultado de la investigación impulsada por esta comunicación, escribí un libro de 800 páginas que teje alrededor de la cuestión del tipo de catástrofes causadas por explosiones cometarias que obviamente han ocurrido repetidamente a lo largo de la historia: La Historia Secreta del Mundo.

En los días iniciales de la publicación de los resultados de este experimento, estaba perpleja por los numerosos ataques que sufría desde todas las direcciones. Fui acusada de “canalizar extraterrestres” (no es verdad); de querer “iniciar un culto” (¿que tiene de culto hacer investigación científica y exponer el fraude de la religión?) y demás. Esa clase de cosas realmente me dolieron y me desconcertaron al principio, pero ahora veo que fue una bendición: me han ayudado a comprender sobre la clase de personas que están a cargo de nuestro mundo, la clase de gente que quiere mantener secretos para perpetuarse en el poder: la clase de personas que inventan cosas como la “Guerra contra el terrorismo” para encubrir a la humanidad el futuro que bien podría traer el final a nuestra civilización; la clase de personas que saben que sobrevivir a un bombardeo cometario es posible y que quieren ser los únicos en hacerlo, y al demonio con todos los demás.

Mike Baillie, en su libro acerca de la Muerte Negra, escribe:
Es cada vez más evidente que el mundo está dividido intelectualmente en dos. Hay aquellos que estudian el pasado, en los campos de la historia y la arqueología, y no ven evidencia en ninguna población humana de que haya sido afectada por impactos desde el espacio. En oposición diametral están aquellos que estudian los objetos que se acercan, y que a veces, colisionan con el planeta. Algunos serios miembros de este último grupo no tienen dudas que han acontecido numerosos impactos en los últimos cinco milenios; época de la civilización humana. En una investigación publicada en el 2005, David Asher y colegas han observado a objetos que se conoce que han pasado cerca de la Tierra en tiempos recientes. Ellos concluyen, basándose en varias cadenas de evidencia (por ejemplo, el número de meteoritos descubiertos en la Tierra que se originaron en la Luna) que el tiempo promedio entre impactos sobre la Tierra no supera los 300 años, probablemente menos. [La Tierra en la galería de tiro cósmica.]


Verificando los autores a los que Baillie se refiere, encontramos en la lista a Bill Napier. Napier es colega de Victor Clube. Esto nos lleva a otra división. Existe actualmente un debate acerca de este tema mencionado por Clube en las primeras partes de la carta que cité en el día de ayer. Él escribió:

Se enfatiza que el presente informe expresa un punto de vista opuesto a la ciencia de corriente principal actualmente reforzada por diversas agencias estadounidenses como consecuencia de recientes descubrimientos bajo el mando norteamericano (por ejemplo Luís Álvarez, Eugene Shoemaker, David Morrison etc.). A pesar de la importancia de este representativo asunto, aquí se reconoce que los registros cometarios terrestres son generalmente más numerosos que los registros en relación a los asteroides, teniendo en cuenta efectos a largo y a corto plazo, como por ejemplo aquellos que por un lado afectan a la evolución geológica y biológica, y por otro lado a la humanidad y a la civilización. La razón de ser detrás de esta situación es la información cometaria, dominada a largo plazo, por objetos menores a 100 kilómetros en tamaño que sustancialmente se disgregan, en el corto plazo, en objetos mayores a 1 kilómetro en tamaño, hasta ahora la “ventana” de significancia como intervalo promedio entre impactos aleatorios de cometas y asteroides en el rango de tamaño que interviene está afectado aproximadamente entre 1 y 10 millones de años. Concentrarse, con propósitos de defensa, en catástrofes que ocurren solo en este particular rango de frecuencias es totalmente absurdo.


La referencia que hace Clube sobre las ideas de la “corriente científica principal” en base a cometas, asteroides y demás, es la punta del iceberg de este debate.

El debate es sobre Asteroides vs. Cometas. Los asteroides son cuerpos sólidos de roca y hay cerca 1000 de ellos con diámetros de 1 Km. o más que cruzan la órbita de la Tierra. Se denominan “Apollo” o asteroides en “cruce terrestre”. La “Escuela Estadounidense” de astrónomos cree que estos objetos son la principal amenaza para la Tierra y para la humanidad y se preocupan por identificarlos, rastrearlos y trabajar en sus órbitas. Esta escuela cree que si todos estos asteroides pudieran ser mapeados, y pudieran lidiar con todos los “malos”, la Tierra estaría segura en un futuro próximo. Estiman que somos golpeados con uno de estos solo aproximadamente cada 100,000 años.

Hasta este momento, la escuela estadounidense de astrónomos ha encontrado y rastreado cerca de 700 de los 1000 asteroides que se estima que existen, y hasta ahora, parece que ninguno golpeará la Tierra. Para fines del 2008, esperan haber localizado el 90% de estas potenciales amenazas.

Por supuesto, no están hablando de los objetos menores a 1 km. porque se cree que representan un riesgo mucho menor, incluso si alguno de estos golpea la Tierra.

Así es que entonces la “Escuela Estadounidense” cree que puede, con tiempo y con la superior tecnología estadounidense, vigilar todo lo que hay alrededor y mantener nuestro lugar en el espacio “bajo control”.

Lo que dicen, astutamente apuntado por Baillie, es que: Existen objetos que se cruzan en el camino de la Tierra pero que rara vez nos golpean (solo aproximadamente cada 100,000 años), pero nos mantendrán a salvo cuando encuentren todos y cada uno de ellos e idearán métodos para eliminar aquellos que PODRÍAN significar una amenaza en algún momento en el futuro. Ellos asumen, por supuesto, que si encuentran algo que sea amenazador al mapear sus órbitas, tendrán tiempo de hacerlo.

Por supuesto que en el “Mundo Astrónomo de Asteroides” no han visto ningún impacto significativo en los últimos par de miles de años, ¡y se encargarán que siga de ese modo!

¡Qué típicamente estadounidense! ¡No se preocupe señorita, John Wayne y su pandilla rodeará los vagones y disparará contra esos indios forajidos!

Es obvio que Víctor Clube no es miembro de la Escuela Estadounidense.

La escuela de “Riesgo Cometario” es inglesa y piensa de forma muy diferente a la estadounidense de “tendencia mediática”.

Se dice que los cometas son diferentes a los asteroides porque están compuestos de agua congelada, gas helado, materiales orgánicos, y raras piezas de roca y metales. La teoría estandard (la cual podría necesitar ciertas revisiones de acuerdo a aquellos que apoyan la teoría del universo eléctrico) dicen que los cometas se recalientan mientras atraviesan el sistema solar y esto ocasiona una desgasificación. Es por ello que los vemos como objetos brillantes y con largas colas.

Luego de varios circuitos a través del sistema solar, algunos cometas se desgasifican completamente y todo lo que queda es un “terrón bien negro” de al menos unos kilómetros de diámetro. La razón por la que un cometa apagado se ve tan negro se debe, posiblemente, a los hidrocarburos poliaromáticos concentrados sobre la superficie del cometa semejante a una cubierta de alquitrán. Tales objetos, a diferencia de los asteroides, son muy difíciles de avistar ya que no reflejan luz.

Los cometas también dejan colas de polvo y residuos en el interior del sistema solar y la Tierra pasa a través de ellos periódicamente. Cuando esto sucede, se observan generalmente lluvias de meteoros que en realidad son partículas de cometas quemándose en la atmósfera.

Los cometas también pueden romperse en trozos todavía más pequeños pero igualmente considerables.

Ahora, imagine que en el rastro de polvo de un cometa, también hay una gran cantidad de fragmentos negros e invisibles. Si no los puedes ver, no hay nada que se pueda hacer. Y cuando sí golpean, tienden a quemarse y/o explotar violentamente sobre la atmósfera (como por ejemplo en el evento de Tunguska), de manera que no dejan rastros perdurables como cráteres para que los arqueólogos los encuentren y digan “Sí, la caída de esta civilización fue a causa de un asalto del espacio exterior.” No, solo hay fuego, muerte y destrucción; en algunas ocasiones total.

Lo que todo esto significa es que el problema de los cometas no está sujeto a una solución eficiente.

Los científicos de la escuela de Riesgo Cometario proponen que el evento de Tunguska fue a causa de un fragmento del Cometa Encke. Estos científicos también tienen el HECHO de los fragmentos del cometa Shoemaker-Levy que impactaron la superficie de Júpiter en julio de 1994 para ilustrar el problema que enfrentamos. También piensan que, como se menciona más arriba, los impactos son mucho más frecuentes de lo que muchas personas suponen.


Entonces, resumiendo: existen dos escuelas bien diferenciadas que estudian los peligros provenientes del espacio. La escuela de Asteroides dice que ha habido unos pocos impactos y que el problema es solucionable, y la escuela Cometaria que dice que hay evidencia de numerosos impactos de residuos cometarios que han tenido profundos efectos sobre las civilizaciones humanas, y que lo harán nuevamente, probablemente muy pronto.

Okay, veamos ahora el resumen del problema según Víctor Clube. Él escribe:

Los bombardeos de asteroides, si bien son importantes, no son el riesgo más serio en términos de corto plazo para la humanidad o civilización.

Cada 5-10 generaciones aproximadamente, y durante una generación, la humanidad está sujeta a un elevado riesgo de desastre global a través de otro tipo de agente cósmico.

Este agente cósmico es un tren “tipo Shoemaker-Levy” de residuos cometarios como resultado de encuentros secuenciales con meteoros.

Mientras que el riesgo resultante es aproximadamente 10%, los desastres globales toman la forma de (a) un múltiple bombardeo de varios megatones, (b) deterioro climático a causa de polvo estratosférico, sin excluir una era glaciar, y (c) por consiguiente enfermedades/plagas incontrolables.

La secuencia de eventos que afectan generaciones es potencialmente debilitante porque, aunque se den cuenta o no del riesgo, las civilizaciones comúnmente experimentan violentas transiciones, como por ejemplo revoluciones, migraciones, colapso.

Posteriormente percibidas como sin sentido, tales transiciones son comúnmente una vergüenza para las élites nacionales hasta tal punto que la evidencia histórica y astronómica del riesgo es detestada y suprimida.

En la resurrección del riesgo, sin embargo, tal “iluminación” se transforma en incentivo para una transición violenta desde el momento en que se demanda la evidencia histórica y astronómica.

Tales cambios, agregados al desastre son evidentemente contraproducentes y demandan un procedimiento para eliminar el riesgo.

Nuestra habilidad tecnológica para contrarrestar (a) un múltiple bombardeo de varios megatones y (b) un deterioro climático a causa de polvo estratosférico debería ser explorada.

El tiempo que resta asociado a la detección de varios meteoros acercándose a la Tierra conlleva a procedimientos de respuesta que difieren con aquellos asociados a los de asteroides y cometas.


Entonces, la pregunta es: ¿si existe la posibilidad en un 10% de que enfrentemos un evento tipo Shoemaker-Levy, porque nadie está haciendo nada?

Bueno... quizás si lo están haciendo. Quizás todo este negocio de la Guerra contra el Terrorismo y de obtener el control de los recursos es, en su base, la forma psicopática de oponerse ante la amenaza de su supervivencia. Quizás no es el “Crepúsculo de los Psicópatas” como podría creer Kevin Barrett... sino el Crepúsculo de la Humanidad; si no despertamos.



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